Qué elaboraciones son mejores para la época estival y cómo podemos disfrutarlas en cualquier lugar
Se acerca el inicio de la estación veraniega y las temperaturas ya empiezan a ser bastante sofocantes para la época del año en la que nos encontramos. Apetece salir más –fin del estado de alarma en España mediante- y nuestros hábitos de consumo y ocio se adaptan a las condiciones climáticas: alimentos y bebidas más ligeros, consumiciones y comidas al aire libre, etc. Hoy nos hemos propuesto recopilar algunas recomendaciones para seguir disfrutando de nuestra pasión, el vino, a pesar de las altas temperaturas.
Qué vinos tomar
A nadie se le escapa que hay vinos que son más adecuados para las altas temperaturas porque nos ayudan a aliviar la sed y a mantener más estable nuestra temperatura corporal.
Las bebidas ácidas nos aportan una sensación más refrescante, por ello, los vinos blancos con mucha acidez resultan ideales para esta época del año: vinos gallegos elaborados con uva treixadura o albariño, como los de las denominaciones Ribeiro y Rías Baixas, por ejemplo. También son buenos aliados los txakolís, procedentes de cualquiera de las denominaciones vascas: Arabako Txakolina, Bizkaiko Txakolina o Getariako Txakolina.
La burbuja de los cavas y otros espumosos, unida a su acidez, también resulta una buena compañera contra el calor, sobre todo si elegimos elaboraciones con poca crianza, que resultan más ligeras y que, servidas bien frías, pueden armonizar a la perfección con un aperitivo o incluso con los platos principales de una comida, como ya vimos en nuestro artículo sobre los mitos del maridaje.
Los vinos rosados o los claretes constituyen una opción muy apetecible durante la época estival. Una botella de rosado joven de las denominaciones Navarra, Ribera del Duero o Cigales puede ser una excelente consumición en una terraza, siempre que lo pidamos con la cubitera correspondiente para que conserve el frío en todo momento.
¿Y qué pasa con el vino tinto? Pues creemos que puede ser perfectamente viable con altas temperaturas. Eso sí, mejor elegir tintos jóvenes, en los que la fruta esté muy presente. A menor graduación alcohólica, más ligeros serán también y más apetecibles para degustar durante la estación veraniega. Más adelante hablaremos del servicio, pero adelantamos que no hay que tener miedo a enfriar un vino tinto si es necesario. Introducirlo en la nevera unos 30 minutos antes de consumirlo puede ser suficiente.
Por último, no queremos dejar de mencionar otra forma de tomar vino, habitualmente muy denostada, pero que, como buenos amantes de este producto, no podemos obviar: el tinto de verano. Para aquellas personas que tienen que limitar la graduación alcohólica, tomar un vaso de gaseosa fría con un chorrito de un buen vino tinto puede resultar muy refrescante, ¿por qué no? Como asegura José Peñín en un artículo reciente, el tinto de verano –elaborado con gaseosa o con bebida de limón- no deja de ser un “refresco hidratante condimentado con vino".
Cómo servirlos
Si tomamos el vino en casa, recomendamos introducir las botellas que vayamos a consumir unas horas antes en el frigorífico, especialmente los blancos, espumosos y rosados, y una vez fuera, mantenerlos fríos en la mesa gracias a una cubitera con un poco de agua y mucho hielo. Como indicamos más arriba, los tintos también los podemos enfriar un rato antes en la nevera o en el momento de beberlos en una cubitera o bien con una manga enfriadora. De igual forma, si pedimos una botella de vino en una terraza de un bar o restaurante, no debemos tener miedo a reclamar siempre que nos proporcionen los materiales necesarios para mantenerla fría.